lunes, 15 de julio de 2013

Los ùltimos dinosaurios (Autor Pedro Pablo Sacristàn)

Los últimos dinosaurios

Un cuento sobre dinosaurios
En el cráter de un antiguo volcán, situado en lo alto del único monte de una región perdida en las selvas tropicales, habitaba el último grupo de grandes dinosaurios feroces. Durante miles y miles de años, sobrevivieron a los cambios de la tierra y ahora, liderados por el gran Ferocitaurus, planeaban salir de su escondite para volver a dominarla.

Ferocitaurus era un temible tiranosaurus rex que había decidido que llevaban demasiado tiempo aislados, así que durante algunos años se unieron para trabajar y derribar las paredes del gran cráter. Y cuando lo consiguieron, todos prepararon cuidadosamente sus garras y sus dientes para volver a atermorizar al mundo.


Al abandonar su escondite de miles de años, todo les resultaba nuevo, muy disitinto a lo que se habían acostumbrado en el cráter, pero siguieron con paso firme durante días. Por fin, desde lo alto de unas montañas vieron un pequeño pueblo, con sus casas y sus habitantes, que parecían pequeños puntitos. Sin haber visto antes a ningún humano, se lanzaron feroces montaña abajo, dispuestos a arrasar con lo que se encontraran...


Pero según se acercaron al pueblecito, las casas se fueron haciendo más y más grandes, y más y más.... y cuando las alcanzaron, resultó que eran muchísimo más grandes que los propios dinosaurios, y un niño que pasaba por allí dijo: "¡papá, papá, he encontrado unos dinosaurios en miniatura! ¿puedo quedármelos?".


Así las cosas, el temible Ferocitaurus y sus amigos terminaron siendo las mascotas de los niños del pueblo, y al comprobar que millones de años de evolución en el cráter habían convertido a su especie en dinosaurios enanos, aprendieron que nada dura para siempre, y que siempre hay estar dispuesto a adaptarse. Y eso sí, todos demostraron ser unas excelentes y divertidas mascotas.

Autor.. 

Cuento: NOCHE, LUNA Y CIELO...de Margarita Eggers Lan

Cuento: NOCHE, LUNA Y CIELO...de Margarita Eggers Lan


Había una vez una casa enorme.
Tan grande era, que para abrir la puerta había que subirse a una escalera.

Adentro de la casa vivían dos gatos chiquititos, uno negro y uno blanco.

La gata blanca se llamaba Luna.

El gato negro se llamaba Noche.

Luna no podía vivir sin Noche.
Noche no podía vivir sin Luna.

Sobre los dos gatos vivían tres pulgas: Lucrecia, Damasia y Amaranta. Todos los días, las pulgas jugaban carreras de saltos entre las cabezas de Noche y de Luna.

A veces, Lucrecia picaba la oreja de la gata.
–Perdóname, Luna. No quise lastimarte –le decía.

En otras ocasiones, el gato se rascaba con fuerza.
–Disculpen, chicas, se me fue la pata –maullaba Noche.

Así vivían los gatos chiquititos con sus pulguitas en la casa enorme.
Hasta que un día, la inmensa puerta se abrió.
Y entraron muebles.
Detrás de los muebles entraron personas.

Detrás de las personas entró...
Un grandííísimo, pesado y orejudo perro.

Luna y Noche se escondieron en un rincón.

–¡Cielo, tu comida! –se escuchó.

Pero Cielo, el perrazo, olfateaba el aroma de los gatos.
–GGGRRRRRRR –gruñía, mientras levantaba los labios y mostraba sus dientes afilados.

Cuando la trompa ya estaba cerquita de Luna y de Noche,
Lucrecia, Damasia y Amaranta saltaron a la cabeza de Cielo.
Entre ceja y ceja, picotearon su piel.

El perro se puso bizco y sacudía la cabeza aullando.

–¡Basta! –gritó Noche.
–¡Vuelvan a casa! –dijo Luna.
Y las tres pulgas saltaron sobre los gatos.

Cielo suspiró y los miró agradecido.
Desde ese día, Luna y Noche duermen bajo las orejas de Cielo.

De vez en cuando, sólo de vez en cuando, el perro les permite a las tres pulgas jugar en su cabeza.

Esta fue la historia de un gran perro, dos gatos chiquititos y tres pulguitas que vivían en una casa enorme.

Cielo no puede vivir sin Luna y sin Noche.
Noche y Luna no pueden vivir sin Cielo.
Y Lucrecia, Damasia y Amaranta, no pueden vivir sin ninguno de los tres.


FIN

CINCO GATOS ATIGRADOS (AUTOR JAIRO ANÌBAL NIÑO)

CINCO GATOS ATIGRADOS



CINCO GATOS ATIGRADOS
HICIERON SU GUARIDA
EN UN ZAPATO MORADO.

EL ZAPATO ERA EL PALACIO
DEL PIE ATERCIOPELADO
DE LA PRINCESA CHINA
QUE INVENTÓ LOS HELADOS.

LA PRINCESA CHINA
A DIARIO CAMINABA
Y LO PROPIO HACÍA SU PIE
Y CON EL PIE EN EL ZAPATO
Y CON EL ZAPATO MORADO
LOS CINCO GATOS ATIGRADOS
CAMINABAN.

Y ENTONCES,
DE MANERA CRUEL,
¿EL PIE APRISIONABA
A LOS CINCO GATOS ATIGRADOS?

NO, POR FORTUNA
PORQUE LOS CINCO GATOS
ERAN LOS CINCO DEDOS
DEL PIE ATERCIOPELADO
DE LA PRINCESA CHINA
QUE INVENTÓ LOS HELADOS.



AUTOR: JAIRO ANÍBAL NIÑO, 
LIBRO: “EL EQUIPAJE DE LA MARIPOSA. 
EDITORIAL: PANAMERICANA, 2003. 


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FOTOGRAFÍA: WALLPAPER GRATIS.